Del 1 al 15 de octubre próximo, en Zacatecas, funcionarios estatales se someterán al escrutinio público ante las y los diputados del Congreso para llevar a cabo la glosa del cuarto informe de gobierno.
Esa cita anual tiene un compromiso con la rendición de cuentas, cada dependencia responde ante las inquietudes sobre avances, inversión, gastos ejecutados y sobre todo, los resultados para Zacatecas de acuerdo a sus funciones.
La glosa es parte del ejercicio de rendición de cuentas que todos los funcionarios deben cumplir. Los datos y los informes ya no sólo quedan en discursos, hoy los ciudadanos pueden verificar a través de la información de plataformas de portales de informes de cuenta, Pública y lo que están diciendo es verdad.
No obstante, la rendición de cuentas no concluye con la comparecencia ni con la exposición legislativa. La sociedad está en su derecho (y debería ejercerlo) de acceder a la información como presupuestos, licitaciones, convenios, indicadores de desempeño.
Pedir evidencia es insistir en que los actos públicos se sometan al escrutinio ciudadano. Es demandar que los resultados no sean promesas, sino transformaciones reales. Esa exigencia es, al fin, lo que fortalece a la democracia.
Al gobernador se le ayuda cuando, quienes integran su administración hacen bien su trabajo, con transparencia y responsabilidad. Porque un gobernador con claridad en sus actos es un gobernador fortalecido; uno que rinde cuentas honestamente.
La glosa puede servir como plataforma de contraste entre lo prometido y lo realizado; entre lo anunciado en discursos y lo que se ve en caminos, escuelas, seguridad, salud. A veces, en esa distancia crecen los reclamos, pero también los aprendizajes. Cuando los ciudadanos exigen evidencias, no solo exigen transparencia, exigen corresponsabilidad. Porque los derechos sólo se consolidan si existe voluntad de informar y honestidad para corregir aquello que quedó corto.
Es esencial que la información esté organizada, accesible, completa. Que los legisladores no sólo escuchen, sino pregunten con rigor; que los ciudadanos no solo lean titulares, sino revisen datos, comprueben compromisos, revisen cifras. Que las glosas se conviertan en puntos de reencuentro entre lo que se dijo y lo que se hizo.
Zacatecas tiene el reto y la oportunidad de demostrar que la glosa no es mero trámite, sino un ejercicio para que la ciudadanía constate los avances a detalle. Que cada documento, cada intervención, cada respuesta exija responsabilidad. Porque rendir cuentas no es solo hablar y decir, es demostrar y comprobar.