Cada 25 de noviembre recordamos que la violencia contra las mujeres no siempre deja marcas visibles, pero sí profundas huellas en su autonomía, en sus proyectos de vida y en su dignidad. Una de las formas más silenciosas y normalizadas de esa violencia es la violencia económica, que afecta a miles de mujeres en nuestro país y también en Zacatecas.
Esta forma de violencia se manifiesta cuando se limita o se controla el acceso de las mujeres a recursos económicos, se les impide trabajar, estudiar o tomar decisiones sobre su propio dinero. También ocurre cuando se les exige justificar cada gasto, se les retienen bienes o se les deja sin sustento económico como forma de castigo o control. Detrás de cada uno de estos actos hay una misma intención: restringir su independencia y perpetuar la desigualdad.
En Zacatecas, muchas mujeres sostienen sus hogares con trabajos informales o con actividades no remuneradas, especialmente en el ámbito rural y en los cuidados del hogar. Según datos del INEGI, una parte importante de las mujeres en el estado dedica la mayor parte de su tiempo a labores domésticas sin recibir pago alguno. Esto las deja fuera del sistema de seguridad social, sin acceso a créditos, pensiones ni derechos laborales plenos.
La violencia económica se vuelve, entonces, una barrera invisible que impide romper otros ciclos de violencia. No son pocas las mujeres que expresan: “no puedo irme, no tengo cómo mantener a mis hijos”. Esta frase resume la urgencia de garantizar la autonomía económica de las mujeres como condición indispensable para vivir sin violencia.
Desde el Gobierno del Estado de Zacatecas hemos asumido con responsabilidad la tarea de avanzar hacia un entorno más justo e igualitario. A través de la Secretaría de Administración y en coordinación con la Secretaría de las Mujeres, impulsamos acciones de capacitación, profesionalización e igualdad laboral que promueven la independencia y la participación activa de las mujeres en todos los espacios del servicio público.
Sabemos que la violencia económica no se erradica de un día para otro, pero sí podemos construir políticas que transformen la realidad: promover empleos dignos, garantizar igualdad salarial, reconocer el valor del trabajo doméstico y de cuidados, y abrir espacios donde las mujeres puedan decidir sobre su futuro con libertad.
Porque la verdadera independencia no se mide por lo que una mujer tiene, sino por lo que puede decidir. Y cuando las mujeres tienen autonomía económica, se fortalece no solo su vida, sino también el desarrollo de sus familias y comunidades.
En este 25 de noviembre, reafirmamos nuestro compromiso con todas las mujeres zacatecanas: romper el ciclo de la violencia económica es abrir la puerta a la igualdad real. Es reconocer el valor del trabajo de las mujeres, de su tiempo y de su esfuerzo, como una pieza esencial para el bienestar y el progreso de Zacatecas.
M.F. María del Carmen Salinas Flores,
Secretaría de Administración del Estado de Zacatecas




