El concepto de austeridad ha venido a posicionarse como uno de los principios y criterios que rigen actualmente a la administración pública. Lo ha hecho así, derivado de una legítima demanda ciudadana por eliminar los gastos innecesarios de las oficinas públicas, y destinar todos los recursos a la garantía de derechos, a través de políticas, obras y servicios. La transparencia ha sido un factor de suma importancia en ello. Es a través del derecho de acceso a la información como la sociedad ha identificado áreas de oportunidad en la forma en que se ejerce el erario. Conscientes de ello, desde el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INA), estamos obligados a ser ejemplo de cómo la austeridad puede ser perfectamente compatible con la eficiencia y eficacia administrativa, así como con los resultados que de nosotros esperan las y los ciudadanos.
En este sentido, me parece interesante que en mi tierra se haya publicado el 29 de diciembre, en el Periódico Oficial del Estado, la Ley de Austeridad, Disciplina y Responsabilidad Financiera del Estado de Zacatecas y sus Municipios. En el contenido de esta novedosa normativa y nuestras acciones a nivel federal hay coincidencias que me gustaría destacar. Por ejemplo, la ya citada legislación contempla ahorros en materiales y suministros, a través de la implementación de mecanismos de las tecnologías de la información, e incluso el uso de la firma electrónica. Ambas estrategias las pusimos en práctica con éxito desde el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IZAI) cuando me tocó presidirlo y formar parte de su Pleno.
Asimismo, el mismo día en que se publicó la Ley de Austeridad en Zacatecas, a nivel nacional, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó la reforma que propuse, en mi carácter de Comisionada Nacional del INAI, por el que se mejora el sistema de control interno en materia de uso de vehículos institucionales y combustible de la Máxima Casa de la Transparencia; una consideración que también contempla la normativa zacatecana.
La austeridad no va en detrimento de nuestras funciones; por el contrario, implica el reto de innovar, ser creativo y proponer una visión transformadora. La pandemia que atravesamos nos ha demostrado que tenemos que evolucionar la forma en que las instituciones se relacionan con la sociedad. La austeridad es una oportunidad para ello. Cabe aquí comentar que, por ejemplo, recientemente hemos anunciado desde el órgano garante nacional que el Centro de Atención Virtual (CAVINAI) brindará atención también a través de la plataforma de WhatsApp, lo que implica una vía más para el ejercicio de los derechos de la ciudadanía y a su vez, hacer uso de herramientas como la inteligencia artificial en las instituciones públicas.
En el INAI somos conscientes y seguiremos impulsando a la austeridad como un incentivo para la innovación, la mejora continua y la legitimación social, pero también para demostrar que no necesariamente se necesita más para dar mejores resultados.
No puede omitirse que el Instituto destacó al haberse aceptado su anteproyecto de presupuesto para el 2022, derivado de que hemos demostrado, como lo seguiremos haciendo, que tenemos voluntad para trabajar por la sociedad, sus derechos y cumplir con nuestras obligaciones, con racionalidad, eficiencia, eficacia, transparencia, y por supuesto, austeridad.