Del 9 al 11 de marzo, en Acapulco, Guerrero, el Colegio Nacional del Notariado Mexicano A.C. llevará a cabo la III Jornada Nacional con Perspectiva de Género, con la misión esencial de continuar trabajando por la unión y el fortalecimiento de la actividad notarial del país a través de la capacitación constante, imprimiendo un sello que demuestra el impulso y el compromiso que tiene este gremio por la igualdad de género en México. El próximo viernes 10 tendré el honor de estar presente en la inauguración de dicha Jornada Nacional, lo cual representa una oportunidad para aprender y vincular agendas de trabajo que impacten en el beneficio de las y los mexicanos.
Asimismo, celebro que la III Jornada Nacional sea un homenaje a la Notaria Laura Martínez Chanona, la primera mujer en ocupar la titularidad de una notaría en el país en 1934, cuando las mujeres ni siquiera teníamos garantizado el derecho al voto. Además, Martínez Chanona fue también la primera magistrada del Poder Judicial del Estado de Chiapas entre 1955 y 1958. Mujeres así son un ejemplo de valentía y dedicación que resuenan hasta la actualidad y que fueron pioneras en la lucha por los derechos de todas nosotras, por los cuales seguimos peleando.
Asisto a este evento porque considero que la historia de nuestro país –tan sorprendente y única–, es el resultado del esfuerzo constante por consolidar un Estado de Derecho a partir de instituciones que garanticen mejores condiciones de vida para la población. Las y los notarios de este país son actores fundamentales en este proceso, pues, como particulares dotados de fe pública por el Estado, contribuyen a fortalecer la cultura de la legalidad y, con ello, la certeza de la seguridad y la paz colectiva.
En este sentido, las y los notarios son trascendentales para que la voluntad de los particulares adquiera una forma legal y una certeza jurídica (en testamentos, constitución de sociedades, contratos de compraventa, escrituración de propiedades, entre otros actos) que eviten, principalmente, conflictos o litigios entre partes. Es decir, la mediación y la seguridad jurídica que otorga el ejercicio de un notario puede impactar en nuestra vida familiar, patrimonial y profesional[1], cuestión de máxima relevancia que contribuye a la implementación de la justicia social.
A lo largo de mi trayectoria profesional, siempre he pensado que la capacitación debe ser una rutina, y en la III Jornada Nacional con Perspectiva de Género habrá presentaciones sumamente relevantes, entre las cuales quiero destacar tres. El viernes 10 se llevarán a cabo dos conferencias cuyos temas están presentes en la coyuntura nacional, por un lado, la “Mediación y Proyecto de Ley General de Mecanismos Alternativos para la Solución de Controversias” y, por otro, el “Análisis de la Resolución en materia de Derechos Humanos emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. De igual forma, el sábado 11 se debatirá sobre la “Participación de la Mujer en el Notariado”. Estos y otros asuntos son dignos de reflexión tanto para la vida pública como para la privada del país.
Enhorabuena porque México cuenta con un notariado incluyente y con sentido social, que se muestra abierto a vincularse con distintas autoridades del Estado, que se prepara y desea mejorar sus prácticas a partir de considerar las desigualdades de género que debemos combatir todas y todos desde nuestras trincheras.
Aprovecho para invitar a las y los notarios del país a utilizar la Plataforma Nacional de Transparencia, como una herramienta complementaria a su práctica cotidiana, donde podrán encontrar información pública relacionada con contratos, convenios, servidores públicos, entre otros datos, que –estoy segura– impactará positivamente en su labor. Tejer redes institucionales y compartir saberes siempre es positivo, y más si ambas partes queremos lo mejor para México.
[1] https://www.notariadomexicano.org.mx/el-notariado-en-mi-vida/el-notario/